Para paliar las consecuencias de la radiactividad en la salud, Chernobilen Lagunak elabora un proyecto de acogida de menores que se desarrolla durante dos meses, en verano, cuando las elevadas temperaturas ucranianas hacen que la radiactividad alcance los máximos niveles de contaminación. La Organización Mundial de la Salud ha constatado que por cada mes que estos menores pasan fuera de la zona contaminada, su esperanza de vida aumenta entre 12 y 18 meses.  El Instituto Belrad para la seguridad de la radiactividad, afirma que estas estancias permiten que los niños reduzcan su nivel de radiactividad entre un 30 y un 40%.

La mayor parte de los menores que participan en el programa no padecen una enfermedad claramente manifestada, desarrollan su vida con normalidad y no precisan tratamiento médico, pero su sistema inmunológico está debilitado.

Durante su estancia les realizamos chequeos médicos en Osakidetzaa fin de detectar cualquier problema específico que puedan tener, y se les hacen revisiones oftalmológicas y buco-dentales y los menores de entre 7 y 15 años se benefician del Programa de Asistencia Dental Infantil (PADI) de Osakidetza,

Además, normalmente los menores pertenecen a familias que no disponen de recursos económicos propios para alejar a sus hijos de la zona.

Pasar dos meses alejados de la radiactividad, tomando una alimentación sana y variada, les permite aumentar sus defensas y afrontar mejor los duros inviernos en su país.

Dirigido a menores entre 6 y 18 años que 25 años después aún sufren las consecuencias del accidente nuclear. Consecuencias reconocidas por las autoridades ucranianas. Todos los menores tienen la tarjeta de afectados de Chernóbil, un documento oficial que acredita que están afectados por las consecuencias de la catástrofe