¿De qué nos hablan las conductas de los adolescentes acogidos y adoptados?

En la actualidad atendemos a numerosas familias adoptivas/acogedoras con hijos adolescentes que presentan conductas de riesgo tanto para su salud física como psíquica, a lo que se añade una gran conflictividad familiar que puede derivar en una ruptura vincular. Detrás de estas situaciones los profesionales percibimos un gran sufrimiento por parte de todos los miembros del grupo familiar y especialmente de los chicos/as adoptados/acogidos. Al profundizar en las problemáticas encontramos duelos y pérdidas, muy antiguas y profundas, que no se han elaborado a lo largo de la infancia del hijo y que han adquirido una gran densidad conflictiva que eclosiona en la adolescencia.

Muchas de las conductas de riesgo están alrededor de la drogadicción, la promiscuidad, la ausencia intermitente del hogar, la desvinculación de estudios o la aproximación a grupos marginales o de inmigrantes de distintas razas. Vemos como a menudo el adolescente / joven adoptado/acogido actúa en la realidad el duelo por su abandono que le conduce a abandonarse de distintas maneras. El conflicto interno y los dolorosos sentimientos que despiertan en él el abandono primario del que derivó su adopción, permanecen más o menos inconscientes, no se han elaborado. En el seno de la familia adoptiva/acogedora, los padres no han encontrado la forma de comunicar ni dialogar sobre la realidad de su hijo/a y han permanecido latentes en su interior. La irrupción de la adolescencia y los cambios y novedades propios de la primera juventud abren la grieta por donde eclosionan, ahora de forma intensa y a menudo violenta.

Es muy importante ayudar a las familias a prevenir estas situaciones a lo largo de la crianza, porque cuando se dan en la adolescencia el conflicto está muy enquistado y son muy difíciles de tratar.